La matanza de los Inocentes es un episodio relatado en el Nuevo Testamento con carácter singular: de los cuatro evangelios canónicos , el único que lo relata es el Evangelio de Mateo (Mt 2 , 16-18). El evangelio de Mateo, en su segundo capítulo, narra las circunstancias de la huida de la Sagrada Familia desde Belén a Egipto. Este éxodo constituye para nosotros un hecho histórico relacionado con la persecución ordenada por Herodes el Grande, que trataba de matar a Jesús. En esta ocasión, José, el padre terreno que había protegido la vida del Niño Jesús, huyó llevándose consigo a María y a su hijo. Inspirado en sueños por un ángel, marchó hacia Egipto, donde, según la tradición, se refugiaron durante seis meses en el monte Qusqam, acogidos por los habitantes del lugar. De este modo, la tierra de Egipto, que hospedó a Jesús en su primera infancia junto a su madre María y al padre José, puede ser considerada como Tierra Santa, en cuanto que fue lugar de paso y de la presencia de Nuestro Señor. Finalmente, tras una nueva aparición del ángel en sueños anunciando a José la muerte de Herodes, la Sagrada Familia retornó a la tierra de Israel. En medio de la narración de la huida de la Sagrada Familia a Egipto, tres versículos (Mt 2,16-18) describen la ferocidad del rey Herodes, quien, para matar a Jesús, decidió exterminar a todos los niños de dos años para abajo en Belén. Este acontecimiento puede ser leído como preludio de las grandes persecuciones de los mártires de los primeros siglos. Con esta matanza Herodes trató de sofocar toda posibilidad de peligro para su dominio absoluto. Y el Mesías representaba una gran amenaza. Mateo relee la historia de la matanza de los inocentes desde la óptica del plan salvífico de Dios y lo interpreta en sentido profético como cumplimiento de la Escritura. Por eso el evangelista hace referencia al profeta Jeremías, que se refería al lamento de la matriarca Raquel por el pueblo de Israel, llevado al exilio en Babilonia: «un grito se oye en Ramá , llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven» (Mt 2,18; cf. Jr 31,15). Para Mateo, los niños asesinados en Belén representan al pueblo de Israel y el dolor vivido por las madres es el dolor del pueblo que no ha reconocido al Rey-Mesías.
El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de este episodio hagiográfico del cristianismo.
LA MATANZA DE LOS INOCENTES
ResponderEliminarLa matanza de los Inocentes es un episodio relatado en el Nuevo Testamento con carácter singular: de los cuatro evangelios canónicos , el único que lo relata es el Evangelio de Mateo (Mt 2 , 16-18).
El evangelio de Mateo, en su segundo capítulo, narra las circunstancias de la huida de la Sagrada Familia desde Belén a Egipto.
Este éxodo constituye para nosotros un hecho histórico relacionado con la persecución ordenada por Herodes el Grande, que trataba de matar a Jesús.
En esta ocasión, José, el padre terreno que había protegido la vida del Niño Jesús, huyó llevándose consigo a María y a su hijo. Inspirado en sueños por un ángel, marchó hacia Egipto, donde, según la tradición, se refugiaron durante seis meses en el monte Qusqam, acogidos por los habitantes del lugar. De este modo, la tierra de Egipto, que hospedó a Jesús en su primera infancia junto a su madre María y al padre José, puede ser considerada como Tierra Santa, en cuanto que fue lugar de paso y de la presencia de Nuestro Señor.
Finalmente, tras una nueva aparición del ángel en sueños anunciando a José la muerte de Herodes, la Sagrada Familia retornó a la tierra de Israel.
En medio de la narración de la huida de la Sagrada Familia a Egipto, tres versículos (Mt 2,16-18) describen la ferocidad del rey Herodes, quien, para matar a Jesús, decidió exterminar a todos los niños de dos años para abajo en Belén. Este acontecimiento puede ser leído como preludio de las grandes persecuciones de los mártires de los primeros siglos.
Con esta matanza Herodes trató de sofocar toda posibilidad de peligro para su dominio absoluto. Y el Mesías representaba una gran amenaza.
Mateo relee la historia de la matanza de los inocentes desde la óptica del plan salvífico de Dios y lo interpreta en sentido profético como cumplimiento de la Escritura. Por eso el evangelista hace referencia al profeta Jeremías, que se refería al lamento de la matriarca Raquel por el pueblo de Israel, llevado al exilio en Babilonia: «un grito se oye en Ramá , llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven» (Mt 2,18; cf. Jr 31,15). Para Mateo, los niños asesinados en Belén representan al pueblo de Israel y el dolor vivido por las madres es el dolor del pueblo que no ha reconocido al Rey-Mesías.
El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de este episodio hagiográfico del cristianismo.
Tomás Jaichenco Francalancia 1º BAC B