lunes, 18 de abril de 2016

Selección de poemas de los "poetas malditos".

Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Paul Verlaine eran los conocidos como "poetas malditos". Aquí dejo los poemas que más me han llamado la atención de estos escritores:

Baudelaire:
El Albatros

 Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!

El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

Me gusta la manera en que el autor hace una comparación del propio yo poético, incomprendido pero libre y la manera que tiene la sociedad de moldear a todos los que se salen de la norma. Así, el poeta habla de sí mismo como el albatros, libre y feliz al que los marineros, es decir la sociedad, atrapan y torturan hasta hacerle perder su libertad y ganas de vivir. Así, uno de los poetas malditos expresa en este poema su desesperación ante una sociedad que trata de dominar su rebeldía.


Verlaine:
Tú crees en el ron del café...

 Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.

Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.

En un principio llama la atención en este poema que un hombre de esta época hable de una mujer con semejantes hábitos considerados impropios de una dama (como el juego y la bebida) de la manera en que lo hace, pues está diciéndole que la ama. Si uno se para a pensar en la vida de estos poetas lo extraño es que el autor profesase tanto amor por una dama. En mi opinión, creo que el autor, ateo e incomprendido, necesita algo a lo que aferrarse y por eso utiliza el amor hacia la mujer como su propia religión.


Rimbaud:
Ofelia

 I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lilio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientra ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísimo Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza ––son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul .

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis .

 Me gusta como cambia la idea que se tenía de la muerte como liberación para decir que Ofelia, personaje que rescata la figura del personaje de Hamlet, muere tratando de liberarse y lo que encuentra al final es tan solo la muerte pura y dura, el vacío, y pasa el resto de la eternidad lamentándose, flotando inerte en el río. Además, me llama la atención que, con tan solo sus palabras, el poeta pueda crear una imagen tan bonita de una escena tan macabra como es, a fin de cuentas, el cadáver de una joven flotando en un río.

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